Estar en contacto con la naturaleza, con cualquiera de los elementos naturales, es la forma más directa no solo de bajar el ritmo frenético en el que vivimos día a día, sino de recargar nuestra «pila». Busca esos momentos entre tus recuerdos. Ese día en que te daba el sol en todo el cuerpo y con los ojos cerrados inhalaste aire hasta el último rincón de tu ser acompañado de un suspiro liberador. Busca ese recuerdo en el que te quedaste como en «trance» observando un árbol, un río, un pájaro o una mariposa revoloteando. Los olores del campo penetraban por cada poro de tu piel, deseando que no acabase ese momento jamás. Momentos en los que el calor del sol parecía calentar tus huesos y sus rayos aportar luz a cada una de tus células. Momentos que son un regalo, que nos hacen ver lo agradecida que es la naturaleza y nos vuelven agradecidos con ella y con todo. En cuanto puedas busca esos sitios como si fueran tesoros, conéctate de nuevo con esa sensación. Relájate unos minutos, solamente unos minutos, y eso querid@ amig@, te hará recordar de nuevo lo maravilloso que es estar viv@.
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