Llegó el invierno!

Que bien se está sentado en un cómodo sillón, una mantita en las piernas y una taza de infusión calentita. Mientras ahí fuera, a través de la ventana, un día gris, de nubes oscuras y lluvia fina de agua-nieve agitada por las rachas de viento. Cada estación del año tiene su encanto si lo sabes apreciar. 

Esta época de fríos y de poca luz invita a conocer y aprovechar los remedios caloríficos. Las plantas me van a ayudar a combatir el frío y el estancamiento, son como una lumbre en el camino de la larga noche invernal.

Las plantas con flores de color amarillo son esa lumbre, ese calor recogido del sol, esa vela que ilumina la sala totalmente oscura. Esa posibilidad de ver dónde está la salida cuando más bajos estamos a nivel emocional.

El color amarillo indica poder, da un sentido de tolerancia, paciencia y sabiduría ganadas por las experiencias pasadas. Es momento de expresar, de mostrar aquello que se ha aprendido, y las flores amarillas nos van a ayudar en ello.

El amarillo nos empuja a la expansión del intelecto y la concentración, herramientas que en invierno nos vendrán bien, ya que esta es la mejor época para la introspección, para filosofar, para hacernos preguntas y no tanto para expandirnos, para socializar, para ensoñaciones mentales o para tener excesivas cosas que hacer.

Los inviernos son tan necesarios como cualquier otro ciclo de nuestra vida, aprovechemos esto para reducir, ralentizar, mirarnos más para adentro pero sin darle demasiadas vueltas.

Las flores del gordolobo están separadas para recibir el máximo de luz.

Algunas ideas:

Organicemos la casa y la cabeza, y si necesitas ayuda, acuérdate de las flores solares, si te ves hundida, paralizada, en un callejón sin salida, o con un sentimiento de tristeza y pesar, recurre a las flores amarillas.

Pon una taza de agua a hervir y añade unas cuantas flores de caléndula ó hipérico ó de diente de león ó de prímula ó de gordolobo ó de pulicaria ó vara de oro.

Puedes añadir unos cuántos pétalos de caléndula ó diente de león o de prímula en el desayuno, encima de la tortilla francesa ó del aguacate. Invéntate la forma de tomar las flores!!!

Flores amarillas de prímula.

Por último:

La naturaleza nos pone delante lo que necesitamos, si es que lo necesitamos, sino, contempla la flora en los paseos, porque las plantas, sus colores, sus formas y olores son un regalo del que podemos aprovecharnos sin que nos pida nada a cambio. Agudiza el oído, escucha su música y la naturaleza hará que todo cobre sentido, incluso en el más largo y duro invierno.

Las flores de la vara de oro son perfectas en invierno